Por Carlos Loret de Mola A.
Dos días después de que publiqué en estas Historias de Reportero que el Banco del Bienestar de López Obrador era un fracaso que ya se había tragado 50 mil millones de pesos, el presidente abordó el tema en su conferencia mañanera.
Primero me dio la razón. Sin decirlo abiertamente, desde luego, pero afirmó: “debemos terminar 2,700 sucursales, pero esto implica construirlas. Ya tenemos construidas más de 1,000 sucursales, pero las estamos equipando porque requieren cajeros”. Dos días antes yo había denunciado que prometió que en el 2020 iba a tener 2,700 sucursales. Ya aceptó que no ha cumplido.
Expresé en la columna: “sólo han construido mil 100 sucursales que no son sucursales porque es el puro cascarón: no tienen cajeros automáticos, no hay sistema, no hay equipos, no hay personal. Muchas de ellas, en sitios remotos”. El presidente admitió dos días después: “Ya estamos formando a los responsables de las sucursales, necesitamos la conexión, tiene que haber internet y lo que queremos es tener las sucursales en las zonas más apartadas donde no hay internet”.
Y entonces, López Obrador hizo el anuncio de su próximo show: en la segunda quincena de enero va a inaugurar más de 300 sucursales del Banco del Bienestar. Afortunadamente, dos días antes, en esta columna ya había sido desenmascarado: “En realidad, sólo hay 20 sucursales que funcionan y a éstas se suman las 250 de Bansefi que venían del gobierno de Peña Nieto y que fueron absorbidas por el Banco del Bienestar. O sea que el gobierno puede decir que ya hizo 300 sucursales, pero será mentira: prometió 2 mil 700, ha hecho 20 y le cambió el nombre a 250”.
Perdón, pero ver al presidente inaugurando sucursales que hizo Peña Nieto y él nomás les cambió el nombre, y diciendo que ahí está su Banco del Bienestar es, sencillamente, un montaje. Otro más de López Obrador.
El Banco del Bienestar sigue sin tener core (sistema). La gubernamental Infotec no lo hizo y ya quebró. Se lo encargaron a la privada Altan y está en concurso mercantil. Se está armando una estructura carísima (lleva 50 mil millones de pesos consumidos y aún no existe) para iniciar como simple repartidor de programas sociales, es decir, sólo va a servir los primeros días del mes, cuando vayan los beneficiarios a cobrar. El presidente dice que lo va a usar para traer remesas: es muy difícil que el gobierno de Estados Unidos autorice operar en su territorio a un banco propiedad de un gobierno extranjero. Encima, este proyecto de que el gobierno haga remesas ya fracasó: se pusieron “sucursales” en consulados, esperaban que 10 millones de paisanos lo usaran y sólo lo usaron unos 20 mil.
SACIAMORBOS
Dice López Obrador que su banco no tiene cajeros automáticos porque hay escasez mundial. Qué raro: el presidente de unas de las tres empresas más grandes de cajeros en el mundo (la coreana Hyosung) se tomó foto en Palacio con él hace dos años, y ya habían amarrado el contrato. Incluso llegaron 500 cajeros a Colima… y nunca salieron del recinto fiscal. El problema fue que ese negocio lo estaban impulsando Alejandro Del Valle -hasta fue a la cárcel-, Cabal Peniche -prófugo-, Gabriel García -operador del presidente caído en desgracia- y el propio mandatario mexicano. No es que no haya cajeros, es que se inundaron de corrupción.