La queja acusa al gobierno mexicano de no hacer respetar sus propias leyes sobre deforestación, conservación del agua y uso de la tierra respecto a la producción de aguacate.
Un año después de que la temporada del Super Bowl se vio empañada por la prohibición de importar aguacate mexicano, ha surgido otra amenaza al suministro: una queja ambiental de que los agricultores están destruyendo bosques que proporcionan un hábitat crucial para las mariposas monarca y otras criaturas.
La queja, interpuesta ante la Comisión para la Cooperación Ambiental, un organismo trilateral que forma parte del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, acusa al gobierno mexicano de no hacer respetar sus propias leyes sobre deforestación, conservación del agua y uso de la tierra.
Las plantaciones de aguacate se cultivan aproximadamente a la misma altitud y con las mismas condiciones climáticas que los bosques de pinos y abetos en el estado de Michoacán, donde se concentran las mariposas que migran cada año.
Con frecuencia, los agricultores talan el bosque para plantar los aguacates que llegarán a los consumidores estadounidenses. Debido a que hibernan a mayor altitud, las mariposas no se ven afectadas directamente, pero los bosques que circundan sus reservas en las cimas de las montañas, sí.
Julio Santoyo forma parte de un grupo de ambientalistas en el poblado de Villa Madero, en Michoacán, donde los activistas han sufrido durante años secuestros y amenazas de parte de grupos de taladores ilegales, que derriban árboles para establecer huertos de aguacates no autorizados. Estas plantaciones requieren mucha más agua que los pinos nativos.
Santoyo indicó que desconoce quién presentó la queja, pero la respalda.
“La queja ayuda a poner el problema en un horizonte de mayor visibilidad y tal vez influya en generar las normas ambientales que se requieren para su producción”, señaló. “La verdad es que está bien fundada. Las aseveraciones corresponden con la realidad que venimos denunciando y con los hechos que siguen ocurriendo”.
Activistas en Villa Madero dicen que regularmente ven franjas de bosque talado y estanques de irrigación excavados para regar los retoños de aguacate. Al menos dos ambientalistas han sido secuestrados, amenazados y golpeados tras quejarse por la deforestación.
En 2021, México fue el país más letal del mundo para activistas ambientales y de defensa de la tierra con 54 asesinados, según un sondeo de la ONG Global Witness.
Los productores de aguacate también enfrentan amenazas en Michoacán, donde suelen estar sujetos a extorsiones por parte de cárteles del narcotráfico.
La comisión señaló en un comunicado que no reveló el nombre de la persona o grupo que interpuso la queja, presumiblemente para evitar represalias.
¿Qué dice la queja contra la producción de aguacate?
La queja “afirma que México no está haciendo respetar efectivamente sus leyes ambientales para proteger los ecosistemas forestales y la calidad del agua de los impactos ambientales adversos de la producción de aguacates en Michoacán, México”, indicó la oficina.
“Señala que México no está haciendo respetar cláusulas de la Constitución y varias leyes federales enfocadas en evaluación de impacto ambiental, conservación de los bosques, desarrollo sostenible, calidad del agua, cambio climático y protección ambiental”, agregó.
El escrito alega que el número de huertos certificados para exportar la fruta se cuadruplicó entre 2010 y 2021, pasando de 14 mil 181 a 63 mil 559, y que en este estado del oeste del país hay hasta 280 mil hectáreas de cultivos de aguacate.
“Este crecimiento ha sido a costa de terrenos forestales”, señaló la queja.
La asociación de empacadores y cultivadores de aguacate de Michoacán se negó a realizar comentarios al respecto, pero indicó que ha respaldado las labores de reforestación.
Los aguacates que se consumirán durante el Super Bowl ya han sido enviados a Estados Unidos, por lo que el suministro de este año no se verá afectado.
El año pasado, el gobierno estadounidense interrumpió brevemente los controles obligatorios de aguacates mexicanos, que garantizan que la fruta no porta enfermedades ni plagas que puedan dañar los cultivos en Estados Unidos, después de que uno de sus inspectores fue amenazado por rechazar un cargamento en Michoacán.
Las inspecciones se reanudaron unos días después, cuando ambas naciones acordaron implementar medidas para garantizar la seguridad de los inspectores.