En el contexto de la conmemoración del Día Mundial de la Obesidad que se lleva a cabo el 4 de marzo, profesionales de salud, de la academia y organizaciones de la sociedad civil firmaron la Alianza para la Prevención y el Control de Enfermedades Crónicas, la cual suma esfuerzos de los sectores involucrados para implementar acciones desde una perspectiva multidisciplinaria.
Durante el foro “Intercambiando perspectivas, hablemos de obesidad”, organizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en colaboración con otras instituciones del sector, el director general, Eduardo Lazcano Ponce, dijo que con la alianza se fortalecerá la promoción de la salud y las acciones libres de la interferencia de la industria comercializadora de productos nocivos. Asimismo, será un espacio para la colaboración entre sociedades nacionales e internacionales.
Informó que cerca de 800 millones de personas a nivel global sufren esta condición mórbida y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) señala que cerca de 50 millones de personas adultas en México presentan sobrepeso u obesidad.
El director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Ruy López Ridaura, subrayó que durante esta administración se impulsó la política pública del etiquetado, que dio paso a otras medidas regulatorias como la eliminación de ácidos grasos trans.
Adelantó que las iniciativas de Entornos Escolares y de Ley General de Alimentación Saludable están en fase final de aprobación en el poder Legislativo; es previsible que esta administración termine con leyes que hacen hincapié en la necesidad de la protección del conflicto de interés, pieza clave para cualquier política pública.
López Ridaura puntualizó que para el gobierno y la sociedad es claro que el problema de la obesidad no se controla sólo con recomendaciones y orientaciones; es necesario contar con medidas regulatorias fuertes, debido a que la industria tiene interés en que el statu quo no cambie.
Indicó que la atención de la obesidad es prioridad en salud por el impacto en el número de años de vida perdidos como consecuencia de los problemas de salud y la discapacidad que ocasiona, así como por los costos para la sociedad y el sistema.
El director general del Cenaprece se pronunció por modificar el sistema agroalimentario debido a que el actual tiene efectos negativos en la alimentación y, de manera profunda, en el medio ambiente; además contribuye a las desigualdades sociales.
Al respecto, el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, Simón Barquera Cervera, añadió que “hoy tenemos una nueva visión de la obesidad, ya no se ve como un desequilibrio lineal entre lo que se ingiere y la actividad física que se realiza; hoy se entiende como un problema complejo, multisistémico, que tiene que ver con la desnutrición y con el cambio climático”.
La evidencia científica refiere que existen determinantes que afectan los componentes de los sistemas alimentarios; entre ellos, las cadenas de distribución y los ambientes alimentarios.
Barquera Cervera también se refirió a las políticas públicas orientadas a reducir la obesidad, como el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, la Jarra del Buen Beber, los lineamientos escolares, los impuestos al refresco, la regulación de la publicidad, el etiquetado frontal y la modificación a la Ley General de Salud para eliminar las grasas trans del sistema alimentario.
De acuerdo con Barquera Cervera, al analizar las tendencias de obesidad en México, a través de las últimas encuestas, se muestra una desaceleración en el aumento e incluso una leve reducción de la prevalencia, lo que sugiere que México podría ser uno de los primeros países del mundo en comenzar a controlar la epidemia. Esto no significa que se dejen de redoblar esfuerzos, por el contrario, deben ser un incentivo que confirma que los esfuerzos valen la pena.
La asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Vivían Pérez Jiménez, señaló que la epidemia de sobrepeso y obesidad es un problema de salud pública mundial y el principal factor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles, como los padecimientos cardiovasculares, diabetes, hipertensión y algunos tipos de cáncer.
El jefe de Nutrición del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, Mauro Brero, dijo que México es uno de los países con más altos niveles de obesidad entre niñas, niños y adolescentes (NNA), debido a que la comida chatarra y bebidas azucaradas son de fácil acceso en escuelas y espacios públicos.
La secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, destacó que en esta entidad está en marcha el modelo “Salud en tu vida”, que implica una transformación estructural basada en la prevención para enfrentar el problema multidimensional de la obesidad.
Precisó que la atención de este problema de salud tiene que ver con políticas públicas, determinantes sociales, el sistema agroalimentario y otros factores, para fomentar el autocuidado de la salud.