sábado, octubre 19, 2024
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“Violencia vicaria: impacto emocional y consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas”

Juan Carlos López

La violencia vicaria es un tipo de violencia en el que se utiliza a los hijos e hijas como herramienta para causar daño a la pareja o expareja. Este tipo de violencia puede tener consecuencias graves en la vida de los niños y niñas afectados, tanto a nivel emocional como en su desarrollo social y cognitivo.

La violencia vicaria puede manifestarse de diversas formas. Una de ellas es la manipulación emocional, que se refiere a cuando uno de los progenitores utiliza a los hijos e hijas para generar sentimientos negativos hacia el otro progenitor. Este tipo de manipulación puede incluir amenazas, sobornos o la promesa de una recompensa a cambio de que el niño o niña muestre rechazo hacia el otro progenitor.

Otra forma de violencia vicaria es la negación de la custodia o visitas. En este caso, el progenitor que tiene la custodia principal utiliza a los hijos e hijas como medio para controlar y dominar al otro progenitor, negándole el acceso a los hijos e hijas o reduciendo el tiempo de visita. Esta forma de violencia puede tener un impacto negativo en la relación entre el progenitor y los hijos e hijas, ya que se ven privados de la oportunidad de pasar tiempo con ambos padres.

La utilización de los hijos e hijas como espías o mensajeros también es una forma de violencia vicaria. En este caso, uno de los progenitores utiliza a los hijos e hijas para obtener información sobre la vida del otro progenitor o para enviar mensajes, a menudo negativos o críticos, a la otra persona. Esta forma de violencia puede generar una sensación de inseguridad y ansiedad en los niños y niñas, quienes se sienten atrapados en el medio de una situación conflictiva.

Las consecuencias de la violencia vicaria pueden ser graves y duraderas. En muchos casos, los niños y niñas afectados desarrollan sentimientos de miedo, ansiedad, tristeza o ira. Pueden tener dificultades para establecer relaciones saludables con sus padres o con otras personas y pueden presentar problemas de autoestima y confianza en sí mismos.

Además, la violencia vicaria puede tener un impacto negativo en el desarrollo cognitivo y social de los niños y niñas. Pueden presentar dificultades en el aprendizaje, en la concentración y en el rendimiento escolar. También pueden tener problemas para regular sus emociones, lo que puede llevar a comportamientos agresivos o inapropiados.

Es importante destacar que la violencia vicaria no solo afecta a los niños y niñas, sino también a la pareja o expareja que está siendo objeto de la violencia. En muchos casos, esta forma de violencia puede generar un estado de ansiedad y estrés en el otro progenitor, quien se siente atrapado en una situación conflictiva y sin solución.

Para prevenir y erradicar la violencia vicaria es necesario tomar medidas concretas. Es importante que los padres y madres comprendan los efectos de la violencia vicaria y eviten utilizar a los hijos e hijas como herramienta para causar daño a la otra persona.

También es necesario contar con políticas públicas y programas de apoyo que brinden herramientas y recursos para prevenir y abordar la violencia vicaria, así como proporcionar atención y protección a los niños y niñas afectados. La educación y la sensibilización sobre este tipo de violencia son clave para prevenir su ocurrencia y garantizar un ambiente seguro y saludable para el desarrollo de los niños y niñas.

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